Alberto Diago

Los hombres también lloran

Fue a visitar a su pequeña, 

solo una vez al mes lo puede hacer;

tiene solo dos horas

de mes en mes para hacerse querer.

Su ex-mujer lo vigila, como a un delincuente,

no vaya a ser que le cuente lo que no es conveniente.

El solo se esmera por lograr que su nena,

vea en sus ojos... ¡alegría plena!;

que no descubra el dolor que esconde en su mirada,

que no se entere que es la última vez que le habla;

pues su madre ha decidido llevarla a otra nación,

en este mundo... ¡mandan las leyes!, ya no importa el corazón.

 

Al salir... él le dice:

\"Te veré el próximo mes,

te pensaré todos los días,

no me dejes de querer\".

La pequeña le abraza fuerte,

¡se la tienen que arrebatar!

Yo vi a ese hombre

alejarse de aquel lugar,

y luego le vi... tendido,

¡llorar, llorar y ... llorar!

 

xE.C.