José Ángel Pineda

A veces

A veces

 

me arrepiento de no arrepentirme…

y observo despacio la caricia

que toca levemente una sonrisa,

 

y el temor que desaparezcas

y el rumor cálido de mis verbos

entre las brumas de tus nostalgias

amplias, abiertas como libros

de vida derramando lágrimas,

 

derramando sonrisas

intermitentes, derramado

mares de mieles

como lubricando las ruedas

de la vida...

 

giran en tu cerebro miles

de contradicciones, pero…,

entregar el alma es tu deseo,

 

en el ordenado día de café penetrante

en su aroma especial, y en lo profundo

del desorden de las noches

de sábanas revueltas.