Existen distancias cortas que se hacen extensas en momentos inesperados, pero que se colman de miradas llenas de pasión, que abarcan el deseó de libertad y dominio de los alrededores para ejecutar el perfecto plan de rozar nuestros labios y acariciarnos en lo profundo de un mar apasionado de latidos.
Juro que de solo verte a los ojos violentas mí mente y mis sentidos, recorriendo cada rincón de mí ser y no importa si te contemplo bajo el frío de la madrugada porque sin tocarte siento el calor de tu existencia quemandome en los labios.