Hoy por fin nos reencontramos
después de una larga ausencia
los dos haciendo de cuenta
que jamás nos conocimos,
que nunca los dos sentimos
ese amor tan delirante,
que nunca fuimos amantes,
que jamás nos prodigamos
mil caricias a escondidas,
que en mi lecho, amanecidas,
las horas eran segundos
Y que yo era tu mundo
y tú el dueño de mis días...
Me miraste y te miré
y el momento se detuvo.
Si los dos éramos uno,
si el mismo cáliz bebimos,
si nuestros cuerpos unimos,
si el amor nos disculpaba...
¿Por qué fué que nos perdimos?
Yo dejando que ganara
la moral y sus preceptos;
Y tú creyendo correcto
seguir viviendo una farsa...
¿Por qué ya nada me alcanza
para continuar viviendo?
¿Por qué te sigo queriendo
si ya no queda esperanza?
¡Jamás le dirás que me amas!
¡Nunca te irás de su lado!
Y yo seguiré esperando
cuál Penélope a su Ulises
tejiéndome cicatrices
que nunca habrán de sanarse...
¡Qué error ha sido entregarse
a este amor equivocado!