Se revelan entre inmensidades inmensas
sustituciones de paraguas lindezas de arbitrio y duelo
sombrías ejecuciones vetustos ombligos disecados
tarros que esconden mermeladas musgosas pretenciosas
marcas de coche bólidos insinuantes terciopelos de ditirambo
y escuela. En esos sonámbulos circuitos del día, que cristalizan
enseres de otro tiempo, cafés reemplazados. Oh vestigios sondeados,
de reyes monarcas y autócratas predilectos, esos enfisemas
que abrigan el corazón del lobo pulmonar; mi vicio inconfesable
es la esperanza impura en que labios y cosechas edulcoran
latidos de hormigón y contrachapado.
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