Quiero anunciarte
Que para mí todo es irreflexivo
Sin mucho que exigirle al ayer
O al hoy
Los pájaros llevaban muerta el alma
Cuando dejaron sus plumas en la partida
Por eso los dejé salir del camposanto
Sin atarme a su aletear
Yo iba como ellos
Creyendo que volaba
Y no eras más que el espacio
Inconcluso que existe
Entre mi cuerpo y la caída
De todas formas, aquí estoy dispuesta
Esperando
Para que sientan la regresión
De mis incompetentes símbolos
Aunque no queden raíces
De aquella poeta loca que cantaba a la luna
Su mejor sortilegio
Como vez
Pasa el tiempo y no paso
Fuera de los límites de esta madrugada
De restos tintineantes.
Donde las culpas se empinan
Y desordenan mi pasado y presente
Ya no soy mineral, ni material, ni espíritu
Soy la intolerante con camisa de fuerza
Que vive atrincherada entre
Poemas ametrallantés
Desmoronada y fría
Recomiéndose
En una ergástula con olor a estiércol
Donde yace un pedazo de mi misma
Deleitado únicamente
Por los propios compases
Que salen de mi música
Secreta e inmutable
Solo para aquellos
Que comprendan mi evangelio
Mi predica incontinente
Como artilugio de mis pupilas
Esas que se clavan contra el odio
Y buscan y rebuscan dónde dejé los años
En qué recodo se quedaron los hijos
Los nietos, los padres
Mi pasión afiebrada
Donde nunca dejé de afilar
Mis incisivos dientes
Mi casita oficiada por embates incomprensivos
Donde destruían toda inocencia
Y me alababan como la oveja negra
Sin fortificaciones para enfrentar las crisis
Del escuadrón de infamias familiares
Linchando el sortilegio
Ahora soy la que lleva
Desorden en las neuronas
La mujer disparate
Que no sabe ser hija prodiga
Ni madre inmaculada
Ni abuela comprensiva
Ni siquiera existe nadie esperándome
Tan sólo porque me falta el cirio
La pócima y la cruz
De la sagrada fortuna
Solamente conservo
La bruma que herede
Mi oficio fanático y creyente
De sugestiva confinada
A extenuaciones y jerigonzas
Para quedar bien ante un espectáculo
Incoherente
Donde linchan al mejor súbdito
Por eso es que presiento que no muy tarde
Quemaran mi destiempo y mi despojos
En la santa inquisición profana
Por ser culpable del llanto de los otros
Acusada de múltiples
Creencias desprejuiciadas
Donde afecté a reyes y a príncipes
También a los plebeyos,
Y a los ratones de las trastiendas.
Por no permitir l
Las voces del silencio
En mi ángulo solitario
Ni encontrar las llaves de las clavijas
Sé que todo esto
Sucederá en las próximas horas
Lo intuyo
Y presiento
Y nadie mostrara en la sentencia
El por qué del viacrucis
Donde seré condenada por decreto social
Y no moral.
Al final seré la eterna viajera
Entre la posibilidad y el regente
De la luz, o el edén
Para dejar la faena de gladiadora siglo XXI
Donde zarpo noche a noche hacia la nada.