Deshojada flor en el pantano
recorre la verde pradera,
parece, fue la noche entera
cuando un pétalo puritano
sostuvo en la boca
entre sedientos
manjares hambrientos
le ofreció sus caderas.
Muy fuerte esa entrega
toques y movimientos
de cintura veraniega,
eran eslabón y cadena
en una noche de embrujo
fue el amor quien sedujo
que se amaran como quisieran.
La yesca recibía el féretro
que sacudía su pueril mano.
Y la noche se perfumó
del delicioso sabor a humano.
( Nellycastell)