Eres, luna, compañera
de mis noches de desvelo,
eres mi Tierra y mi cielo,
de mi vida aventurera;
el testigo de mi espera,
de ese inalcanzable anhelo,
eres caricia, consuelo
en mi fallida quimera;
siempre escondida, lejana,
contemplando mi martirio,
y en mis sueños, tan cercana
en mis crisis de delirio;
mi madre, amiga y hermana
que mitiga mis suspiros...