Raiza N. Jiménez E.

Ella: Martina.

Era en su andar peregrina,

como el Alba al despertar.

Miré sus ojos en la matina,

como se mira al bello Mar.

-*-

Brillaba en aguas cristalinas

y se acercaba feliz a saludar,

chiquita como las Meninas,

No se la descubría al caminar.

-*-

Embriagado de dulzura la miré,

Y alzando la voz le prometí:

Martina, yo un poema te haré.

*-*

Ella con rubor dijo: y yo lo leeré.

Esa promesa ya yo se la cumplí

y para entregarlo, allí volveré.

*****