Arrancaré de mi alma tus recuerdos,
porque tú te marchaste… ¡para siempre!
Y yo, nunca más volveré a quererte,
ni estando cerca, mucho menos… ¡lejos!
Me olvidaré de tus libidos besos.
Y por todo este pesar, que me envuelve,
arrancaré de mi alma tus recuerdos,
porque tú te marchaste… ¡para siempre!
Y aunque se vengan copiosos inviernos,
jamás dejaré que el dolor gobierne
por más fuerte que caiga el aguacero.
Y así, como extraigo una flor silvestre…
¡Arrancaré de mi alma tus recuerdos!