No debo quererte, mi corazón está despistado,
por esta suerte que me ha brindado el destino
de coincidir contigo, de pronunciar tu nombre divino,
y del magnífico placer de tu voz haber escuchado.
No debo quererte, porque mi sentir es impuro,
está viciado por estos ojos que te miraron conmigo,
mientras te mecías en la luna, en lo prohibido,
y te imaginaba a mi lado en un futuro.
No debo de hacerlo, mi cariño solo te haría daño,
te confundiría esa mente tan testaruda,
mientras yo disfrutaría de imaginarte desnuda,
sabiendo que mi fidelidad es un engaño.
Por eso me he empeñado de callar lo que siento,
aunque mi alma grita en silencio que me he enamorado
y así te des cuenta de esto aunque pueda ser pecado.
No debo quererte, y sin embargo te quiero.