Y haré que pienses en mí
que no puedas olvidarme
y de tu mente adueñarme
impregnar mi ser en tí.
Si no puedo yo tenerte
en mi tiempo ni mi espacio
si mi sed por ti no sacio
anunciada está mi muerte.
Y si esos labios carmines
y tus ojos cristalinos
no adornarán mi destino
dará igual dónde camine.
Sin tu voz cuál melodía
ni el rizar de tus pestañas
ni la más febril hazaña
podrá iluminar mis días.
Sin tu exquisita fragancia
sin el tacto de tu mano
vagaré el desierto llano
que supone tu arrogancia.
Si tú actual indiferencia
resulta ser infinita
será mi alma flor marchita
que suplique a tí clemencia.
La palabra de tu boca
dictamina mi sentencia
pues resulta ser tu esencia
lo que mi existir provoca.
Y derrocharé mis años
la adorada lozanía
mirando a la lejanía
añorando un tiempo antaño.
Puedo vivir esperando
solo por un beso tuyo
dará igual si en el concluyo
en tu boca agonizando.