Son tus ojos los océanos
que separan la superficie
de la cual habitan mis besos.
Son tus senos el relieve
sobre el cual se inclinan
elevaciones de deseos.
Tu ombligo es el valle
en que descansa mi lengua
cuando abona la ladera.
Son tus piernas
recurso inagotable de deseos
creadora y protectora de vida.
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Libro: Insinuación del olvido
Autor: José Espinal Marcelo