Las olas me golpean
el pensamiento,
abro los sentidos más sentidos
del corazón que me late en mil latidos,
se arrodillan las finas arenas,
ante mi refinada amada,
exquisita, incita
la pasión de las aguas
bravías,
que estremecen mis huesos
de mis días,
y me hacen delirar
con una rara locura
perversa.