Te encuentro escondido en mis poemas De letras ya marchitas que nunca has contemplado, muertas tras la espera de una caricia tuya Resentidas cual cenizas aún te sueñan.
Y resurge mi amor en resilio, porque el amor Que un día nació de lo imposible. No puede simplemente morir y desconocerte Como si nunca te hubiese sentido mío.
Por eso vivo... Cuál despojo y rastros de flores muertas, Renaciendo cada verano, obserbando en lejanía, Que tus dedos acarician unas manos Que No son las mías.
Y sin importar lo que duran mis vidas, Mi alma... Mi alma no se cansa de no ser correspondida a la misma intensidad que siglos tras siglos me mantiene viva.