El sueño del poeta, un mundo sin fronteras,
donde no falte pan, justicia ni quimeras.
En su corazón guardó un poema preciso,
y sobre toda guerra, levantar la paz quiso.
De gobiernos, iglesias, yugos no fue sumiso
su pluma solidaria no requirió permiso.
Su verbo vigoroso, ingenioso, optimista,
de derechos humanos, un frontal activista.
Se elevó sobre prados evadiendo barreras
como si fuese un águila viajando al paraíso,
llevó en su corto viaje el sello de humanista.