Jorge L. Casado

No Me Tocó Tu Empeño... Me Sobrepongo

Me fallaste... Te creí y me fallaste. A mí, bueno que me pase

por creer en las palabras de un atorrante, que solo juegos hace...

Confié en tí, plenamente, con el corazón,

Y a tu manera solo fuí para tí un montón, un montón de arbitrariedades.

 

Te ví con los ojos de mi alma, te abrí las puertas de mi corazón.

Entraste, y en el hiciste variación; malas cosas sin bacilón.

Desde la mentira hasta la traición... Volcaste mi alma hasta la aflicción.

Y miéntras lo hacías, de gozo se enchía tu corazón.

 

Las ventanas de mi alma, de lagrimas se innundaron;

¡Tán inmenso fué el dolor que me causaste, con cosas!

que hasta lo más profundo me llevaste en tu afán, sin pena;

Y en cada golpe me mostrabas cuán feliz, hacerme sufrir te hacía.

 

No, no eras solamente tú, era tambien tu compañia, aquél cruel verdugo

Que una vez me pretendió y por no querer su compañia contra mí se reveló.

Al tu saberlo, contra mí cambiaron tus sentimientos por negativos

y hacerme sufrir , tal vez por ser contigo demasiado bueno.

 

No sé cómo, ni porqué cambiaron las cosas entre nosotros,

solo sé que todo empezó con el intercambio, por mí visualizado entre ustedes,

y desde ese momento todo cambio para mi desagrado;

se desgarró mi alma en silencio profundo y con dolor, por la infidelidad de ustedes dos...

 

No valen la pena ni tú, ni tu compañia; Ahora me repongo con alegría

pues me doy cuénta que causé en ustedes gran envidia:

Envidia de la buena en tí por QUERER tenerme, sin poder tenerme

Y en tu compañia, envidia de la mala, pues sabía que tenerme, no podia.

 

NO HAY MAYOR ALEGRIA QUE VER EL CORAZON LLENO DE VIDA

nmttems-12220-930p-hm-by:Jorge L. Casado-Ins.G.A.