Postrada en la cama con los ojos fijos al techo yacía Kim en su recámara pensando ¿que podía hacer para acercarse a esa persona que le atraía tanto?
Mientras, que afuera de la casa solo se escuchaban gritos de niños y el ruido de los automóviles, de pronto un afonía en el aire pareció avisarle algo que se incorporó de inmediato; estando en el segundo piso de su casa se asomó por la ventana y miró con asombro aquel chico que robaba sus pensamientos por su enigma y misterio, caminaba por la calle con su singular estilo que lo hacía tan interesante; ella casi parecía empañar el vidrio de la ventana por lo cercas que estaba y entonces sucedió lo que jamás pensó.
El miró hacia su ventana y ella al sentirse descubierta se ruborizó quiso desviar la mirada pero algo se lo impidió entonces el hizo una mueca que casi le sonrió, la emoción de ella fue tal que en el pequeño parpadear la silueta de aquel joven se desvaneció como el humo.
Bajó corriendo las escaleras de su casa sin siquiera advertir que faltaba poco para las 7 p.m. y se le haría tarde para ir a cenar a casa de la tía Blanca.
-¿A donde vas hija? Preguntó la madre
-Con Bere mamá se me olvidó preguntarle una tarea de la escuela, pero
ahorita vuelvo.-
-no te tardes por que hoy cumple años tu tía blanca y tenemos que estar a
a las 8:00 p.m. recuerda que es muy sentida y si no vas no te la vas acabar
con ella.
- si mamá ya lo se no me tardo- Contestó kim muy apresurada con tal de
alcanzar aquel chico.
Al salir de la casa se dirigió hacia la parada del camión y no miró a nadie pensaba en el pretexto perfecto para entablar conversación con ese chico.
-¡Pero que tonta soy!- Exclamó con un aire de molestia
-ni siquiera me puse mi chamarra favorita y estos zapatos no combinan con mi
falda ni las medias de red, me veo fatal tengo que cambiarme.
Cuando volteó para regresar a casa, casi le da un infarto y se queda sin habla al mirar aquel joven frente a ella; tragó saliva y apenada sintió que parecía una tonta ante el.
-¿A donde vas?- Pregunta el joven
-mmmmm este yo puess mmm a mi casa bueno a casa de mi amiga bueno
con mi tía- En ese momento kim quería que se la tragara la tierra.
-¿vas a tantos lugares? Que afortunada yo no he podido ir a la biblioteca del
centro por que el camión no pasa.-
- ¿enserio? Será porque aquí no pasa el camión que va al centro.- Dijo ella
- ¡huy que tonto soy! ¿a poco cambiaron la ruta?- Contestó el joven
- ¡No! ese autobús siempre se para en el parque que está a 3 calles de aquí.
- ¿tienes mucho que vives por aquí?- Preguntó kim
- ¡Claro! es solo que tengo mucho que no voy a la biblioteca- Dijo el joven
- ¡oh! Que suerte yo tengo que ir a investigar una tarea de la escuela porque
el Internet no me funciona por lo pronto en la casa- Replicó kim
Si quieres vamos juntos le propuso el muchacho y ella aceptó contenta.
kim solo pensaba que ese día de seguro debió hacer algo bueno por ver su deseo cumplido aquel día.
-¿Por que eres tan callado?- le pregunto ella
-no soy callado lo que pasa es que tú hablas mucho- Contestó el
-ah y ¿eso te molesta? Pregunto kim con algo de tristeza en su voz.
-¡no! Por eso me atreví a hablarte eres la única que me contesta sabes
mis papás siempre han dicho que soy raro y que por eso no tengo amigos.
-mmm pues siempre te eh visto solo y naaaa yo soy la chica rara de mi casa-
Rieron juntos y ella le dice que tiene bonita sonrisa y el cambió su expresión.
El le comenta que tenía mucho que no sonreía y le dice a excepción del tiempo que tenia de hablar con ella y cuando la miró por la ventana.
- ¿Colegas entonces?- Preguntó ufana kim y le extiende la mano
- ¿porqué? Por ser lo chicos raros de nuestra casa?- Pregunta el y la saluda
- ¡Claro! Pero que helado estás pensé que yo era la mujer de las nieves jeje
Por cierto ¿como te llamas?- preguntó ella
- Samael pero dime Sam ¿y tu kim verdad? – Replicó el joven
- ¡no sabía que me conocías!- Contestó asombrada y un tanto intrigada ella
- escuché cuando tu mamá te dijo que no tardaras para ir a la cena de tu tía-
Contestó Sam
-¡oye que buen oído tienes! Jeje - Sonrió kim
- no es eso lo que pasa es que tu mamá se escucha hasta la otra calle jeje-
Replicó Sam.
Juntos desde ese momento pareció nacer entre ellos algo que los unía un sentimiento que jamás se imaginó kim era como si en el ella se reflejara y como si el entendiera todo lo que sucedía en su vida era como si el leyera cada pensamiento a veces solo necesitaba pensar en el para asomarse a la ventana y verlo parado frente a su casa, su amiga Bere sentía celos cuando ella le contaba que iban al parque todos los días después de las 7 y solían sentarse en los columpios, pero regresaban antes de las 12 de la noche por que luego sus papás le llamaban al celular y eso a ella le molestaba.
Sin embargo a ellos parecía no importarles, las horas parecían irse volando, siempre había algo que contar eran como si hubiesen nacido para estar juntos.
Una noche en su recámara kim sintió algo extraño no sabía que era pero sintió como si un fuego le quemara lentamente la piel empezó a imaginar que pudieran ser los dedos fríos de Sam y el solo hecho de pensar en sus caricias la hizo temblar su corazón se empezó acelerar cuando de pronto observó por la ventana y miró que allí estaba el, su ansiado hombre sin dudarlo se levantó y en una mirada se dijeron todo ella lo invitó a pasar.
Sin decir nada ella se quitó el blusón su sostén dejaba entrever sus pezones muy bien formados quizás por el calor que ella sentía o por el frío que se colaba por la ventana. Tomándolo de la mano lo llevo a su cama sin decirle nada se atrevió a besarlo pero antes de hacerlo el le dijo que venía por ella para que estuvieran juntos y nada se los impidiera.
Ella le dice que quiere sentirlo por vez primera y que no importa lo que suceda luego, lo que mas deseaba era ser de el.
Insistente le dice:
-¡Yo quiero que seas mía siempre!, no solo esta noche ¡anda ven conmigo mi bella kim!
-¡Ya soy tuya! ¿no te das cuenta? Ven y bésame no importa lo demás. Contestó ella.
El se quedó pensativo y antes de tocarla le dice que no quiere verla llorar y ella le responde que no llorara solo se dejará amar.
Los dos se besaron y ella sintió como su lengua ansiaba apagar esa sed que nunca antes había sentido, sus manos sentía como si le crisparan el cuerpo pero era tal el deseo que todo olvidó en ese instante sobre las sabanas blancas sintió como se derretían aquellas rosas rojas que despedían su cuerpo, temblaban de frío de dolor y de placer sus almas parecían unirse en ese mismo instante para no separarse más
y un cálido beso todo lo vistió abrazada a el cerró sus ojos susurrándole cuanto lo amaba.
Al día siguiente cuanto entró la madre de kim a su recámara para decirle que se le hacía tarde y que ya iban a dar las 7 se sorprendió al verla dormir con una sonrisa en su rostro y una rosa roja entre sus manos que decidió no despertarla.
Minutos después llegó Bere la mejor amiga de Kim para irse juntas a la escuela y le dice a la señora que tenía que decirle algo de Sam.
-¿que pasa con ese muchacho? kim lo quiere mucho- contestó la madre
- ¡Es que mmm Sam les mintió! la casa donde dijo que vivía tiene más de 5 años
Que está sola…