La mañana llora, superficial y distorsionada
Una lluvia fina, delicada, brota desolada
cargada de melancolía, ansiando el acertijo
la herejía de vivir sin dogmas,
sin reglas inexactas por pretender la exactitud
Llora, el destino de mojar, superficial, ligeramente
Como palabras objetables,
bajo un reflector de moralidad y juicio
descorazona por lo imposible
por el tedio del viento, inquebrantable
Llora, queriendo posarse sobre una mujer desnuda
Para apagar sus llamas que arden
por la pasión del falo que aniquila la malicia
plagiando la entrega incondicional del amor
que se inmola ante los dioses
Llora, asustada, ante el enigma del día
que pretende las adivinaciones de la vida
con escrituras supremas
que demandan la poesía
de la pasión hambrienta
anhelando el aroma del frenesí y la entrega