En una ocasión brotó como flor de primavera
Y recorrió mi cuerpo, como aguas cristalinas
Un amor que flamante batía sus alas
Y cuyos ojos reflejaban el fulgor de la Luna.
De Aquella promesa de amor eterno nacieron,
las mariposas que hoy penosas a mi jardín le dan vida,
Como musgo resignado a fijarse en la paredes
Decoran lo que alguna vez fue mi alma.
En una ocasión yo amé con la fuerza
Con la que se ama a un hijo, con la pura certeza
De que existen infinitos y un destino,
Y éste siempre me uniría a él.
Pero el amor, que embellecía mis mañanas
Y al cuyo yo me aferraba inútil y desesperadamente,
Se ahogó en el profundo riachuelo del cansancio
Y tras haber sufrido una larga agonía
Las fuerzas impetuosas de nuestras heridas
Huyeron para no volver al hogar
En el que alguna vez la música envolvente
De nuestro amor nos hizo bailar en inocencia.