Las cosas no tienen espíritu
No se las puede herir
Y en su medida son apreciables
Dicen más de un precio que de un valor
Las cosas son así
Nos observan en silencio y a veces cautelosamente
No hay insistencia que valga si las queremos hacer hablar
No hay confianza que rompa su juramento
Pero hay cosas que prefieren ser tratadas con delicadeza
Otras que solo necesitan estar a solas
Y egoístamente -para sentirnos bien-
De pronto las tratamos con cariño
Entonces todo empieza a depender
De cómo estemos por dentro
Todo depende de la mano que acaricia o que da
Todo es a la vez una parte nuestra
Tal vez sin saberlo
Luego nos preguntaremos por los compromisos
Por las obligaciones que nos dicta la indolente moral
Por las convenciones que nos desaceleran
Luego seguiremos siendo otros
En una comunidad descubierta a si misma