José Antonio Artés

FALSOS HALAGOS

Pagué los préstamos de tus zalamerías

que exageraban demasiado mis bondades

con vitales neuronas de tristeza fría,

pensando, que tus palabras eran verdades. 

 

Al creer que tus festejos eran sinceros,

 recuperé todo lo  que había olvidado,

abrí las puertas cerradas de mi trastero

que la vaga rutina había bloqueado.

 

Tus mimos eran delicados y perversos,

una  blanca flor de un árbol al florecer

bellas palabras cadentes de un dulce verso,  

 un zigzag tranquilo de una hoja al descender.

 

 Tu alabanza exagerada me cautivó,

pensando que aquellos  halagos procedían

de un  estanque profundo de sincero amor,

no de frases disfrazadas que seducían. 

 

 Fue claro preludio de oscura falsedad,

fue un adorno premeditado, intencionado

en un cuerpo pleno de romanticidad

que tú tan deshonesta habías desnudado.

 
 
José Antonio Artés