EL QUETZAL EN VUELO

ESPERANDO LA PROMESA DEL OLVIDO O TU REGRESO

Soy como esa roca que trascribes en tu poemario, tranquilo y paciente

De mañana espero tus versos, de tarde tu cuerpo y tus labios en mi copa,

Que se complace con el roce de los míos, cada vez que la noche nos guiña un ojo,

Y le suplico de nuevo, que quiero estar, entre tus brazos apretado a tus senos.

 

Me he, apartado de esa gente, que dice que el artista es duro como la roca,

 marco mi distancia entre corazones aventureros e ilusiones pasajeras,

Mi guitarra parece mi coraza impenetrable y mi cara vacía de sueños,

pero todo es apariencia. Esa terca dureza y fría de corazón abandonado.

 

Como todas mis canciones y poemas, también padezco sus desamores,

me duele el amor a la distancia y la agonía cercana…como todos…siento.

Aunque pocos lo hayan visto, también lloro estrofas, sangro letras,

Cuando llego al final de un verso, de una estrofa y ella no está entre la gente.

 

Llevo en mi piel como tatuaje; miles de noches, de promesas, deseos incumplidos

Olas impetuosas de una mar derramada en mi alcoba y tu como diosa en medio de la tempestad Acallando mi furia huracanada, con un beso con sabor a presagio y vino tinto, que desgasta mi coraza y va rompiendo el   tono suave, de mi canción triste.

 

Solo mi alma sabe que para el dolor hay tiempo y vino, para desangrar la pena

Por eso se arrincona en su silente nostalgia, que conmueve hasta la nostalgia

 Que se embarca en la mar del olvido, impasible con su canción callada

Esperando como faro, la promesa de tu regreso, esta madrugada.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO