No hables más bienamada y solo sígueme besándo que tu labio repose sobre el mío y pasame el tequila de tu boca a la mía, deja que mi mano navegue cuál barco en el mar de tu sostén, tus labios acercalos a mi oído y que sean mi medidor para saber si lo hago bien, mis dedos resbalaran por tu tierna piel hasta caer en tu muslo de hay cargarte y descanses tu espalda en la pared
Ya en la cama mujer ten piedad de la almohada que la figura de tu dentadura tiene ya guardada, oculta tus uñas bajo las sabanas he incrustalas de poco en poco también en mi espalda
Que mientras tus gemidos no paren yo tampoco lo haré dancemos el vals del cual solo nosotros conocemos los pasos y que por la mañana el sol nos avise que ya ha amanecido mientras que nosotros seguimos en lo nuestro, tomando un descanso, para luego repetirlo.