Quiérela en la noche
en el día, y al atardecer,
cuando la nostalgia se apodera de ella,
y necesita tus besos erizandole la piel,
hay momentos en los que se siente pequeña
ante tu sapiencia y gallardía,
abandonándose a tus manos y caricias
que la hacen vibrar
para morir, y revivir después,
de tanto sentimiento acumulado en el pecho,
que para ella no hay un amor más grande
¡Que el que tú le des!
Es niña, es frágil, es nieve o fuego,
es solo eso, MUJER...
La que a tu lado camina para juntos envejecer,
amor en silencio amor que no se debe saber
pues según las lenguas viperinas
tienes demasiados años y ella, solo veintitrés,
es un jardín de rosas frescas
tú un junco esbelto, erguido de pie,
arraigado fuertemente a la vida
para vivirla juntos sin perecer,
hay riachuelos que se juntan con el mar
fusionando sus aguas,
y van navegando unidas,
por toda una eternidad...
Elena ©