Voy a guardarte bajo llave, no dejaré que nadie se te acerque, que nadie sospeche que existes y que dominas mis pensamientos. Frente al mundo olvidaré tu nombre, no habré de buscarte, fingiré que no me hace falta un poco de ti para ser feliz.
Soy un satélite de tus encantos, y, encadenado a ti, no me queda más que orbitar tu ser, esperando lo imposible.
Si te dijera que al verte me derrito, que tus ojos me hipnotizan y tus labios me llaman; si supieras que ansío tenerte y que un calor abrasador me envuelve cada vez que te pienso.
Decirlo lo haría real, por eso me guardo tu nombre y solo habrás de saberlo tú. Se desvanece la esperanza y yo con ella. Necesito destrozarme y reconstruirme una y otra vez hasta que un día mi ser ya no lo tolere más, solo así puedo escribir sobre ti.