Suspendida en el aire me balanceo en las corrientes que nunca me arrastraron.
Dan igual los tiempos.
Y los vientos.
Me balanceo.
Me mecen.
Me libero.
Escapan sonrisas por las comisuras que volvieron al ascendente, a dibujar alegrías.
Me sabe la boca a sal sin tequila. Y esto, me hace reír.
Saqué por mis lágrimas la sal que no me dejaba de la vida recobrar la suya. Y me ahogué en mí, por tí. Aunque esto tú, ya lo sabes. Si supieras todo lo que descrubí de mí fuerza y valía. Me habías robado el alma, y esto, también lo conocías.
Henchida de gratitud a la vida y sí, a tí. SÍ, así.
Regalé la piedra en la que tropecé tantas veces.
La última vez, me hundió y en su dualidad, puse mi pie sobre ella y fue subida e impulso. Pero esto tú, también lo viste.
Lo curioso es bailar en el viento.
Camino ligera, sin equipaje, acompañada de a-bracitos
Viento que baila
Corriente de aire fría que te despierta.
Sin reproches, ni gangas, sin ofertas de última hora, ni noches. Sin palabros de corto y pego o no.
Regalo de manos abiertas sujetando aguas estancadas que se escaparon entre los dedos.
Deslizaba, cosquelleaban mi sentir y sí, me alegré por tí, por mi. Y fui feliz.
Esa sensación....
Cierra los ojos.
Cierra... Está vez no estaré recorriendo tu cuerpo. Te muestro otro placer.
Cierra los ojos,
Respira e imagina.
Viene el viento. De nuevo.
Giro.
Equilibrio.
Y sigo. Otra pirueta.
Continuo mi vuelo, sin segundas partes, ni trilogías, mejor en volúmenes de a casi 8 y finales cortantes. De los que te dejan con la intriga...y aceptas.
Por muy mal sabor de boca, las drogas y los venenos que fueron desaparecieron, como la mala hierba, de raíz.
Me hamacas te, te hamaqué. Y entre los dos, un amor eterno e infinito infantil. Te elegí... Y ahora, ya ves, me he elegido a mí. Gracias a ti.
He echado de menos todo lo que imaginé... Y resultó estar en mí.
Y bailo en los remolinos calientes de paz y cobijo que yo solo sé.
Tus traspiés son los \"Te amo\" que lanzo a tu recuerdo.
Lanzo gemidos a tu oído, y mil gracias, un hasta siempre o quizá hasta nunca. Un siempre y todo fue amando, incluso las distancias. Cada embiste, cada orgasmo, cada lágrima, cada vez que gritaba lo que haría o no, lo que deseaba o no que no escuchabas, no oías ¿Cuánto amor puede caber en las pupilas sin que se desintegre hacia dentro y produzca indigestión?
Vomité tu sexo, el esperma, los te quieros, y las promesas incumplidas que quitaron mil noches de sueño y vida.
Y me dí todo el tiempo que te Regalé. ...y comencé yo a recibir.
Coberteras, régimes listas y sedosas.
Te deseé y deseé gritando al viento que fueras libre, pero no mío. Como yo quise serlo de tí: no tuya y terminé encarcelada. No es siempre peor lo físico y tangible. Lo mental hay que saber dominar. Prisiones del. Alma. .
Y yo, fui mía.
Resurgí.
¿Te he dicho que resurgí?
Aquí ando, bailando con lobos, caracolas y algún caracol. Con las nubes y la sal.
Vengo del viento de un batir de alas, como la pluma que cae al suelo y siempre recogí para colocar en mi cabello.
Vengo del campo donde regamos con amor las semillas que no se quisieron sembrar y crecen libres como indios.
Vengo de la luz, que tras las sobras de la hundida, brillan en el infinito vertical.
Tuviste un pronóstico y tuve mucho miedo al, asomarme en tu mirada. Esa era la oscuridad de la caída.
El pronóstico, no se cumplió y el miedo, invadió todo lo común.
Benditos papeles que alejan locura y regalan paz en la cordura.
Vivo en la ventura de suerte y corrientes que dan vueltas y oportunidades. Que regalan recuerdos.
Agradecimiento y bendiciones para tí, desconocido con el que hice el amor, amando.
Te amo. Al final, no sabía odiar. Me amo. Nos amo. Y ne deseo.... Mucha paz.
Cierra los ojos y siente el viento de mi batir de alas. De las corrientes que me mecen.
El cielo me regala ochos e infinitos