“Del circo propiciatorio . . .”
De la mente no se escapa
el caso de Ayotzinapa
del Estado de Guerrero,
ese del “despeñadero”.
Cuarenta y tres estudiantes
a maestros aspirantes
fueron desaparecidos
en cuerpo y alma, perdidos.
Secuestrados a la mala
por el Alcalde de Iguala,
el tal José Luis Abarca
que los dio a la mafia narca.
De los “Guerreros Unidos”,
de los “Rojos” enemigos;
entre la tormenta al punto
López explotó el barrunto.
No más porque así lo quiso
de lengua hizo el compromiso
en sermones a raudales
dados a los familiares.
Les prometió bien buscarlos,
averiguar y encontrarlos,
encarcelar a presuntos
culpables de estos asuntos.
“Prometer, más prometer
hasta en las urnas vencer,
luego del triunfo obtenido,
nada de lo prometido.”
Pese a marchas, tantos ruegos,
Enrique Peña, Cienfuegos,
García Harfuch, implicados,
ya fueron exonerados.
Declarados inocentes
por el peje “presimiente”,
a la ley, justicia, inmunes,
los dejó del todo impunes.
Pues, no se les investiga,
ni persigue ni castiga,
les ha purgado sus culpas
dando “otros datos”, disculpas.
No los responsabiliza,
ni señala; en esta guisa
al pueblo muestra el colmillo
ya tiene a Jesús Murillo.
Como su chivo expiatorio,
“ex procu” propiciatorio
para su circo y discurso,
el fraude sigue su curso.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 22 de agosto del 2022
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