¡te amo te extraño! luego te odio admiro tus ojos muero por tus labios luego te odio de nuevo maldigo tu carácter, después te perdono porque soy débil y tus besos me hacen olvidar todo, incluso los celos enfermizos y las heridas mal sanadas entonces caigo rendido a tu cuerpo pecado eterno de mi vida y ahi me quedo ¡apretado contra tu pecho preso de tus labios! siendo tu esclavo creyéndome tus mentiras y perdonando te todo...