Tuve inquietud, y miedo en la esperanza,
Huiste sabia y emitiendo un veredicto fatal,
Como no poder terminar “Ulises” de Joyce,
O no ser amable y falso en los charcos,
Que ensucian los leves te quiero,
Que se dicen a la mitad y con papel en la boca,
Y la locura arañando los calcetines.
Y de ahí, ya un todo , un bucle de tinta de calamar,
Donde se rompen todas las bisagras de la mente,
Donde ,intrépida, la lechuza del almacén gigante
Sigue dando miedo en las noches de lluvias y llegar de camiones.
Te fuiste y yo, iracundo, febril, desencajado volé los puentes.
…Y te hiciste vida amante, de súbito, ¡ maldito miedo!,
Cuando duele imaginar la soledad, pozo sin fondo.
Y vagué buscando amores, fui buscando pasados,
Fui tierra atrás, desperdiciando querencias sin mesura,
Con afán trillé en mi era el trigo para mi pan,
Se lo llevo un viento atroz con un agujero enorme
Como la gruta desierta donde habito.
Paco José González