Vengan, he aquí un bicho raro
Venga, miren éste cuerpo esmirriado
Oigan estos pensamientos disgregados
Acérquense, de su insania vamos a cebarnos
No usa repelente y por la tierra anda descalzo
Frugal en sus consumos y de reacciones nulo
Dice que el final del arco iris ha visitado
Dice que las hadas y los duendes le han hablado
Ciertamente es un tipo insólito y anticuado
Al que ninguna serie de netflix se le antoja
A quien la música actual acrecienta su congoja
Y no hay día que al cielo murmure un rezo extraño
Va por las calles buscado pájaros en los árboles
Dice que el envidioso hombre arrebató su canto
Va por los jardines admirando los colores de las flores
Dice que el hombre avaro embotelló su aroma sacro
Y lo peor, lo más gracioso, muéranse de risa
Dice que el deber del varón es hacer prosperar la tierra
Y el de la mujer llevarlo a él a recorrer el cielo y las estrellas
Dice que ambos son semilla, él de roble y ella de gardenia
Venga, a ver cómo acarician sus manos esa rosa
Dice que también sus espinas son hermosas
Con voz tenue como aleteo de mariposas
Dice que la fe sostiene
Si sólida es
y densa como una roca
Dice además que si en el dolor e infamia muere
Se elevará su alma investida de bruma iridiscente