Se admiraban de su doctrina
quienes le oían predicar.
Otros buscaban su caída
y eran renuentes a escuchar,
las parábolas que decía
para a los Hombres despertar.
Sanaba a lisiados y ciegos
con gran Poder y Autoridad,
mas no creían los Fariseos
en su Palabra y Majestad;
del pretorio fue al cruel madero
para así la obra consumar .
El mundo sigue rechazando
aquel árbol verde y florido.
Hoy estoy más que convencido,
que sólo seguiré avanzando
si Él permanece al lado mío.
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