En mi playa hay una roca
esculpida,por las manos del viento,
tiene hechura de banco.
Allí suelo reposar mi cuerpo,
y contemplo cómo el cielo
se conjuga con el mar añil.
En ese espacio los cormoranes,
vuelan en forma victoriosa.
En la blanca y fina arena,
los cantos rodados,caracoles y valvas
dibujan imágenes surrealistas.
El sol con su cálida mano,
descansa sobre mis hombros.
Las olas llegan y se van continuamente.
Y aunque la playa quede sola;
las olas siempre la acompaña.
Así son tus recuerdos.
Siempre me acompañan.
Julio Carbó