EL QUETZAL EN VUELO

EL DOLOR DE LAS TARDES SIN RETORNO

Sí, hoy es una tarde de esas, que me duele el alma, me estruja el pensamiento

Se debate mi mente, entre la impotencia de mi pluma y la resistencia de mi hoja blanca,

 que busca mancillar el escrito, descargando los sentimientos encontrados,

En esa emoción de tu sentir que acarician las orillas de tu tiempo por venir.

 

Hoy es jueves para el cuerpo, como la tarde presagiante cuando murió Cesar Vallejo en París,

llueve en mi interior, unas gotas finas se desprenden de mi pecho como letras,

como pensamientos desordenados del dolor del corazón, supurando auxilio.

Sí, muy cierto que hay batallas, que se ganan, pero duelen y esta es una de esas.

 

Hay tardes en las que quisiera retroceder en el tiempo. Aquellas mañanas en la facultad,

tirados en el césped. Leías poemas de Ernesto Cardenal; Gerardo y yo hacíamos canciones,

 TÚ, alisabas tu pelo negro, en señal de tu emoción, siempre supe el lugar de mi canto en tu pecho,

en tu historia y en aquel beso, que nunca presentí que era despedida, ni su sabor a olvido

 

Hoy mi desconsuelo añejo, rasga mis entrañas, exprime el pensamiento y el desconsuelo

 se refugia en la nostalgia, haciendo sonar triste mi canto, cuando evoco Aquel manojo de recuerdos

 que luego fueron poemas y tú le ponías letras, Armando el sentimiento y luego juntos cantábamos

en la explana de la facultad de filosofía., en esas tardes del olvido que la nostalgia conservo.

 

Cuando el tiempo pretérito rasga, el arrepentimiento, hasta sangrar cada recuerdo guardado

Queriendo atar la nostalgia por la espalda del sentimiento, duele como Tango de Gardel

 y terminas aceptando, que aquella tarde de verano, duele, sin poderlo evitar, que te recuerde

Y que, en tardes como esta, aprovecha la melancolía, para sacar esos dolores añejos.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO