Estés o no da igual
De noche o de día estás aquí
Eres ese sol que llegó para alumbrarme
Esa marea que sube impetuosa llenándome de espuma
Tu nombre que asocio a los brazos del ser inmenso que se me postra
El río desbordado que me arrastra para llegar y sumergirme en tu mundo submarino
Océano y abismo
Pleamar y Fosas abisales
Donde mis formas se tornan fantasmales
Sola y adentro de tus miradas intensas y ferales
Que suben y bajan tasando mis deseos desde la frente hasta los pechos
Un ejército de hormigas encendidas como teas me invaden desde mi nuca hacia los vellos
Siento el temblor húmedo de tu lengua fogosa, tus hambrientos dientes barrer mis muslos hasta la punta de los dedos
Quiero más, abrirme a ti, bautizar tus miembros, mesar tus cabellos y aspirar el incienso liberado de tus pensamientos cautivadores
Que me cautivan y arroban
Fuegos fatuos, por miles de mis dedos saltan
Cuando ansioso me prendes y adhieres a tus aristas
En ese remolino de luz y vértigo, beso mórbido e incesante caricia
Vibrar al vaivén de tu afán que sacude mi ser como manada en estampida
Acercar carne y sangre hacia la cúspide y sentir la espada flamígera en las entrañas
Tu estandarte que ondea aun sin tu presencia que me sacia y permanece con orgullo noche y día