Con versos sobresalgo de la batalla unánime
yendo de frente siempre sin ser la rebeldía,
mis letras se encaminan tras el talento ecuánime
que dota con la forma cargada de armonía.
Derecho es el destino, también es pusilánime
y vale más que el oro manchado de osadía:
las cosas se detienen, el tiempo ya es inánime
y sin saber de nada nos trae la alegría.
Los versos me atropellan y no sé las razones,
tal vez vaya luciendo metralla tras metralla
y lleve de constancia doscientos escuadrones.
Con versos de soldados levanto la muralla
y siendo la conquista suspendo las misiones
quedando al descubierto mi pluma de batalla.
Samuel Dixon