Tanto ayer dormido cual ceniza cae, cae,
cae sobre del imperio presente de mis días.
Mis ojos cósmicos ven morir lánguidamente
los primeros rayos del sol de este siglo mientras
mil y un sombras dibujan mis angustias
esta pesada sensación de no querer dormir
y siempre por el miedo de no despertar
para afrontar tantos errores, tantas malas decisiones
que día y noche acechan estridentes con voces
increpando escandalosamente en la cabeza tanto
tanto que aprisionan y confunden hasta la parálisis
tanto desahucio de estas ganas, que sería tan fácil
escapar en el aliento de un grito…