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En la marejada
del amanecer:
las olas, el alma,
acaso la arena,
apenas el agua
en vapores tenues
en la bruma clara,
en la brisa fresca,
en la negra playa,
cerca de las rocas
donde va la barca,
donde rompe el mar
su armazón de tablas,
su velamen blanco,
su timón sin ancla.
¿Cómo virará
su derrota aciaga?
¡Cuánto duele ver
desde esta atalaya
cómo así se hunde
pronto de mañana!,
sin llegar a tarde,
sin llegar a nada,
cubierta de sangre
y la mar en calma
como aquel testigo
que al silencio clama
con su voz profunda
desde las entrañas
una luz que guíe
la gaviota en llamas
frente al horizonte,
rumbo a la esperanza
en la marejada
del amanecer:
Las olas el alma,
la playa, la arena
y la paz, palabras...