Me lo guardo.
El dolor
que me causa quererte.
Las lágrima
que empapan cada noche
mi almohada.
Los suspiros
prisioneros que,
día sí, día también,
se fugan de mi cuerpo.
La agonía
del que ama,
pero nunca sabrá
si es amado.
En este mismo corazón
también me guardo
la alegría
que me causa quererte.
La esperanza
del que despierta
y ve seca su almohada.
Los recuerdos
bonitos que,
día tras día,
reconfortan mi mente.
La ilusión
del que ama
y sabe que, tarde o temprano,
el amor llegará.