¡Que hermoso es encontrarse, con seres muy dilectos,
y hablar de aquellos tiempos, de infancia y juventud;
mirar en sus sonrisas, la dulce magnitud
que tienen los cariños, de sinceros afectos!
Se escuchan las palabras en tonos tan perfectos
pintando los recuerdos de excelsa plenitud;
de aquellas horas idas, en cuya excelsitud
quedaron los instantes, mas tiernos y selectos.
Por eso en esta tarde, mi numen se ha llenado
de regias sinfonías, de magna inspiración,
viviendo aquel pasado con aura encantadora.
Y nace mi poema, de guirnaldas bordado;
que ofrezco con el alma repleta de emoción,
a mi querida prima: ¡María Auxiliadora!
Autor: Aníbal Rodríguez.