Marcha solo contemplando su luz
que poca o mucha es suya, de nadie más.
Y consciente de que es portador de su cruz,
no encomienda su destino jamás.
Supo levantarse de su ataúd
y en un túnel silencioso por demás
huye del vicio practicando la virtud.
Existe alguien que pueda dar más?
El pensador atina en la vicisitud
a paso moderado siempre capaz
de no perder su pulcritud.
Y atesorando siempre su instinto sagaz
se sabrá inadvertido en la multitud.
Pensador, si existes, en mi mente vivirás!