Hugo Emilio Ocanto

*** Mi felicidad es tal, que me hace llorar *** - Monólogo - - Autor e intérprete: Hugo Emilio Ocanto -

En quién estaba pensando,

me preguntaste.

En ti,  respondí.

¿ Sabes? Últimamente

siempre pienso en ti.

Es una necesidad de mi alma.

En todo momento del día

eso es lo que me sucede.

Camino. Camino mucho.

Me hace bien.

Y tu imagen pasa por mi mente.

Por mi corazón.

Y tu imagen borra

toda preocupación

que pueda existir.

Me llenas de gozo el alma.

Nunca, nunca, nunca...

me he sentido tan feliz.

Apagas mis preocupaciones.

Aceleras el ritmo

de mi corazón.

Pero es porque está

lleno de amor y sentimientos

hacia ti.

Cuán bello es estar enamorado.

Cuánta paz llega a lograrse.

Cuántas lágrimas he derramado

en estos últimos

días de mi vida.

Lágrimas no por penas.

Lágrimas por emociones.

Buenas. Alegría de vivir...

He logrado apagar mis tristezas.

Y tú me has ayudado

a que así sea.

Camino, y pienso en ti.

Escribo, y pienso en ti.

Amo la vida, pensando

solo en ti.

Sin olvidar a otros seres

que amo.

Pero tú eres muy especial

para mí. Mi fuente de fantasías...

Mi ídola de la vida.

Mi interior...está lleno de ti.

Eres la fortaleza de mi existencia.

El más puro amor.

El más inocente amor.

Tu imagen...

La de una Virgen,

se presenta en mis pupilas.

Amor lejano.

Amor ausente.

Pero que vive en mi corazón.

No puedo verte.

Pero tu imagen está

en mí. Eres el sueño

de mi vida.

Ser intocable. Ser inalcanzable.

Pero tú, vives en mí.

Mi Virgen mujer,

distante y soñada.

Inalcanzable.

Solo

puedo imaginarte. Soñarte.

Amarte.

En quién estaba pensando,

me preguntaste.

El sonido de tus palabras,

vinieron...desde el aire,

o desde el cielo.

Mujer inalcanzable.

Elevo mis brazos,

hacia el cielo...

Dios me manda tu voz.

La escucho. Suave y melodiosa.

Tu imagen, Virgen mía.

¿Eres real?

Para mí, sí,

pero inalcanzable.

Pero igual, me haces feliz.

Cuánta felicidad tengo en mi alma.

Extiendo mis brazos

hacia el cielo...

y siento tu mano

tocar las mías...

Tú eres mi sueño, inalcanzable...

¿Cómo esto puedo explicarme?

Dios te ha enviado a mí.

Tu presencia sin presencia,

está presente en mi corazón.

Me alimentas la vida.

Me haces creer en la gente.

Todo en mí es optimismo

porque tu imagen Virgen,

está siempre presente...

No te vayas nunca de mi mente.

Sigue haciéndome feliz.

Tal vez otros no comprendan.

No importa. Si ellos tuviesen

la imagen que yo tengo

de ti, también como yo

te amarían.

Amar... es gozar en la vida

viendo tu imagen...

como si fueses una Virgen...

Ella, la del cielo...

La inalcanzable.

Pero que vive en mi corazón.

No me pregunten nada...

Déjenme soñar...

No me pregunten...

Mi felicidad es tal,

que me hace llorar

de felicidad.

No me abandones nunca.

Inalcanzable mujer,

que está al lado mío,

sin poder verla...

Pero sí, en mí está presente.

No me pregunten nada.

Ella está en mí.

Es la que me da fuerzas

para vivir...

Vivir en la comprensión,

y en la aceptación.

La aceleración de mi corazón,

no es porque mal me sienta.

Todo lo contrario...

Tu imagen vive en mí,

Virgen inalcanzable.

¿Alguno de ustedes

ha llegado a alcanzar

la dicha plena?

Esa misma dicha es la que

hoy siento en mi corazón.

Corazón invadido por la ilusión.

Por el amor, de esa imagen...

inalcanzable... pero nada me pregunten.

Déjenme así soñar...

He llegado a lograr

la felicidad. Ella en los aires está.

Y en mi mente, en mi alma,

en mi corazón...

 

Todos los derechos reservados del autor( HUGO EMILIO OCANTO - 27/09/2012)