El Sol se oculta cansado
y va dejando su sombra
sobre viejos eucaliptos
donde posan las alondras
cantando sus elegías
como cantos de victoria.
El pensamiento se escapa
y viaja con parsimonia
en alas del azul viento
que me recuerda las horas
felices y divertidas
bajo la luz de la aurora,
pero son sólo recuerdos
que en mi mente se amontonan,
mientras un rayo de plata
del satélite con motas
traspasa mis emociones
y mi río se desborda...
Las alondras se durmieron
y parezco estar a solas
naufragando en la oscurana,
presagiando mi derrota
ante el silencio estruendoso,
que me asfixia, que me ahoga
y siento mis pensamientos
como un caballo de Troya:
un artilugio estratégico
para incendiar mi persona,
que añora ser sólo Luz
en esta vida tan corta
donde el odio es cultivado
y al amor se le deforma
viniendo a ser un espectro
del frío mundo de ahora.
W.M®