Descender
Apenas un instante al seno,
donde la luz primigenia descansa plácida,
anhelando un sueño que no llega
en una no mañana, hija del olvido,
cubierta de alfileres,
desnuda de sentirse sola,
ausente de sí misma,
que confluye silente hacia la nada
que seremos algún día.
Tierra, y más tierra por encima,
carreteras que se pierden
como los pensamientos
que no llegaron a nacer.
El río sigue su curso imperturbable
y el viento azuza la cebada
y yo te miro, mundo,
en busca de un sentido a todo esto
pero ¿quién dijo que debía de tenerlo?
Solo somos aquello que recordamos,
todo lo demás es simple cuestión de tiempo que desaparezca
a medida que avanzamos
donde sea, como sea,
pero siempre hacia adelante,
esa es nuestra naturaleza,
eso es la vida.