Tendremos tiempo,
cuando llegue septiembre,
para nosotros.
Eso dijimos,
seguros y confiados,
hace unos meses.
Pasó el verano,
con días agridulces,
llegó septiembre,
Vino el otoño,
sus sombras ya se notan
y sus abrazos.
Seguimos lejos,
rumiando la distancia,
con nuestros sueños.
Pero nos quedan
algunas mariposas
de compañía.
Y las hablamos
haciendo que nos lleven
nuestros mensajes.
Ellas sonríen,
nos dejan esos besos
que intercambiamos.
Y así te amo,
¡bendita la distancia
y esta inocencia!
Rafael Sánchez Ortega ©
02/09/22