Ernesto Chávez

Inextirpable

Si tan solo me hubieras dicho por qué te fuiste... Todo habría sido más sencillo. Mi corazón sabría si perseguirte más o dejarte en el olvido. Tendría un poco de paz entre tanto dolor, habría una pequeña luz de esperanza titilando a lo lejos. Sería capaz de estimar cuánto tiempo más sufrir, cuánto más mi ser habría de buscarte en recuerdos yermos.

 

Siempre fuiste una incógnita: elusiva, indescriptible, inasible... inextirpable. Y aún dictas mis pensamientos, aún concretas mis fantasías, aún mueves los hilos que dirigen mi vida, titiritera caída del cielo para mostrarme mi infierno. ¿Una semana más está bien para ti? ¿No te molesta? ¿Me permites quererte solo una semana más? Después veré dónde guardo este amor, dónde puedo sepultarlo.

 

¿Cómo me deshago de ti? ¿Qué parte de mi ser debo arrancar para que ya no estés presente? ¿Serán suficientes corazón y cerebro? ¿Eso impedirá que te vea en cada rincón? ¿que detecte tu aroma? ¿que aún te sienta entre mis brazos? ¿que aún escuche tu voz? ¿No? ¿Qué otra cosa debo ofrecer? ¿Qué más tengo que perder?