No importa cuántos mares atraviese
ni que olas provocase una tormenta
si el confín se tiñese de magenta
cuando el sol tras la calma apareciese
Si la luna de plata se vistiese
si asomasen pletóricas estrellas
entre egos titilantes y tan bellas
deslumbrante de encanto ella luciese.
Luna y sol regalando sus colores
es ofrenda romántica al idilio
profecía de sueños y de amores.
De pasiones que acudan en su auxilio
con besos degustando los sabores
de la piel de dos cuerpos en concilio.