Querido Dios:
Quisiera que me observaras cuando estoy en el profundo sueño
Como cuando un padre observa a su hijo dormido
Tu sabes... en ese instante mágico...
Estoy sano, nítido, bueno, limpio, santo.
Mírame con detención
Te noto cerca
Hay tantas preguntas que quisiera hacerte
¿Qué piensas de mi...?
¿Alguna lágrima que se me escape involuntariamente
te estremecerá...?
¿En qué lugar del mundo vas a dejar tirado mi templo...?
¿Mi historia...?
Mas, al amanecer... cuando despierto
Tu ya no estás
Sólo mis demonios y mis ángeles despiertan conmigo
Y yo te busco a ti... no a mis cancerberos
Y tú te vas... así nomás, sin despedirte
Como un amante recibiendo un desaire, te vas
Y estiro mi mano para alcanzar a tocarte
Y pongo atención al silencio
para escuchar siquiera un susurro tuyo
O tal vez una mirada furtiva
Pero no,
Nada hay
Nada oigo
No existo para ti...