Desde y hasta siempre
Me ha tratado la vida, como le dio la gana,
con la crueldad soberbia, de que nada le amarga
y me di cuenta pronto, a una hora temprana,
que para ser terrible, no hace falta ser larga.
Conmigo se ha empeñado en estirar la manga,
para que más me duela, para hacerme sufrir,
Vaya, que si estas cosas me causaran cabanga,
dejaría este llanto, comenzando a reir.
¿Me afecta? Sí, me afecta, me afecta en el afecto,
porque afectuosamente, no me gusta el dolor;
para decirlo claro: Bajo cualquier pretexto,
descubro en cada cosa, la llama del amor.
Le llamo, llama-llama a esta chispa exquisita,
que me enjuga la lágrima, cuando el dolor aprieta,
esta sabiduría la obtuve de Afrodita...
de Afrodita, la diosa... de Venus, el planeta...
Así hago siderales, mis altas conclusiones,
cuando las cosas tristes, me nublan la razón.
Ha sido generosa la miel de mis perdones
y he conservado limpio, mi limpio corazón.
Después, lo que se diga, variará el argumento,
que cada quien conserve, su derecho a decir;
yo seguiré insistiendo en decir lo que siento,
unos segundo antes, de dejar de existir.