Cuando, por un instante, crees
que has llegado al conocimiento,
te abandona la sabiduría
y te hundes, huérfano y arrogante
en tu pequeño barrizal de ilusiones.
La realidad se convierte en un humo
que disipa la experiencia
de la alegría, del dolor y del amor.
Has olvidado la poesía
y el espejo del gran mar,
ardiente, luminoso y vivo,
ya no puede reflejarte.